Para:
Quino
Fecha:
06-08-2017
Hola,
Quino.
Fui
a tu casa y tu madre me dijo que estabas de viaje (no recordaba que ya me lo
habías dicho). Necesito hablar con alguien que no sea yo mismo o me voy a
volver loco.
Hace
un par de días quedé con Patricia. Me dijo que quería verme antes de que me
fuera a Madrid. Nos encontramos en la Fnac de plaza España, donde fui a recoger
mi portátil, que estaban arreglando. Es curioso cómo a veces perdemos casi por
completo el recuerdo de una experiencia muy intensa y vívida. Solamente ciertos
destellos fugaces se meten en nuestra cabeza y son los que aparecen cuando
intentamos revivir ese momento. Estas son las imágenes que ahora componen aquella
escena.
Apareció
mientras estaba esperando en la cola a que me atendieran. Estaba preciosa.
Llevaba una camiseta verde que le había visto muchas veces. Su pelo ha cambiado
de tono desde que la viste por última vez. Ahora es de un color rojo violín
(eso ponía la caja de tinte que compró conmigo hace unas semanas). Mi corazón
latía con fuerza. Nos dimos dos besos de cortesía.
No
recuerdo apenas nada de la conversación. Al principio tratamos temas banales
sobre mi marcha a la capital y su último curso de la carrera. No sé exactamente
cuánto tiempo pasó hasta que me dijo que había empezado a salir con Rodrigo, un
amigo común. Intenté, creo que sin éxito, que mi cara no reflejara la punzada
en el estómago que me provocó la noticia. Me contó por encima cómo había
surgido aquello, imagino que tratando de quitarse de encima lo antes posible el
peso de tener que darme la noticia.
Cómo
cambiamos de tema lo desconozco. Lo último que soy capaz de traer a mi memoria
es que me enseñó su nueva bolsa para el ordenador portátil. Señaló el cerdito
que traía dibujada, con esa sonrisa que una vez sentí como mía. Poco después
nos despedimos.
Ahora
se me mezclan muchas cosas. Me encuentro mejor que antes de terminar la
relación, pero que ella haya sido capaz de reiniciar su vida amorosa tan pronto
hace que inevitablemente me sienta dolido. ¿Tan fácil soy de olvidar? ¿Tan poco
impacto causé? ¿Dónde quedo yo ahora?
En
fin, espero no haberte amargado el viaje. Pásalo bien.
Un
abrazo,
Lucas