martes, 27 de enero de 2009

sexo

Me levanto como siempre, odiando a todo el mundo, aburrido. Quedaría más interesante si fuera el despertador el que me arrancara de mi sueño. O tal vez mi madre, disgustada porque no hago nada con mi vida. La realidad es que la atmósfera de mi cuarto es increíblemente pesada y me cuesta trabajo respirar bien. Es pronto. Siempre es pronto. La sensación de desidia no se aparta y siento que he vuelto a tirar otras ocho horas o menos en una función vital.

Comienzo a rascarme, desperezándome. Tropiezo con mi propio miembro, y estoy demasiado dormido como para saber si ha sido por accidente o si conscientemente buscaba ese contacto. Por costumbre o por placer me masturbo, como gran parte de las mañanas.
Probablemente se vea desde fuera como algo patético. Siempre me dijeron (o yo creí oír) que las prácticas auto-amatorias se acababan con el tiempo. Paulatinamente yo sólo le hago que coger gusto. Cierto es que va a rachas pero siempre está ahí. No sé si fue El Perich que dijo que la masturbación es la única práctica sexual pura, ya que no se hace ni por quedar bien, ni por el qué dirán, ni por obligación…

No negaré que siempre se agradece compañía en lo que al placer carnal se refiere. Pero ver que puedo gozar con el sexo sin tener que rendir cuentas y poder hacerlo cuando me apetece dentro de un marco racional confiere demasiadas ventajas a este respecto.

Siempre ha existido el cliché de que las mujeres nunca lo hacen, que es algo netamente masculino. Nunca di excesiva importancia a los bulos o creencias personales de la gente pero hasta la fecha casi todas las mujeres con las que he tenido un mínimo de confianza confesaban (utilizo este verbo como revelación, no como exponer con vergüenza) que ellas también lo practicaban.

Quizá esto de pensar que el sexo femenino está exento de este tipo de ejercicios se deba a la manía del ser humano de poner connotaciones morales a todo, como si la mujer, inocente y delicada, fuera incapaz de hacer algo tan sucio. Y el error es llamar bueno o malo a algo así. La moralidad la hemos construidos nosotros mismo partiendo de convenciones. El sexo es algo animal, anterior a nosotros y que seguirá una vez que no estemos. Está por encima de nuestra especie, y por tanto de lo que nos parezca correcto o no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy Inconformista.

Es fantastico que puedas expresar esto con tal naturalidad. Me gusta. Me ha hecho pensar en un blog. Te dejo el enlace y kuando le hayas echado un vistazo me dices el k. (http://diarioimpresentable.blogspot.com/)

¿Sabes? La pasada noche, después de terminar el programa, sobre las 2 d la madrugada me fuí a dormir... y estaba soñando, no sabría decirte el que, el tema es que en el sueño sentía que tenia un orgasmo (algo realmente extraño)y me desperté d golpe y me encontré en la cama, con la mano en mojado entre mis piernas y sin la camisa del pijama (que encima es d botones). No me había ocurrido nunca algo así. El chat de Velada Rancia nos está pervirtiendo.

Un abrazo.