jueves, 4 de diciembre de 2008

¿Por qué ponerle nombre?

Tiernas caricias enredadas
en tus profundos ojos.

Que esta felicidad perdure mientras al
universo le quede un soplo de vida.
Ir, venir, respirar o caer no me importa.
Es el saber que existes, el
romper la desidia que me retenía preso de mi propia
oscuridad.

¿Cómo lo hiciste
para sacar una sonrisa,
objeto de mi dicha?
Rabia desaparecida.

Qué hechizo creó la alegría
unánime que se
encuentra alojada en mí.

Paraíso de mi alma, expresada al
óleo.
Narcisos y amapolas,
enredaderas y parras.
Riscos de paz eterna.
Llenas de música
el espacio de mi vida.

Nada acabará jamás con esto.
Obra como plazcas
mientras feliz seas.
Borra todo mal recuerdo,
rama de sufrimiento.
Eres todo lo que ahora quiero.
¿Porqué ponerle nombre?

2 comentarios:

Aricuentista dijo...

woow, me gusta, hace un tiempo me volví semi aficionada a la poesía y esta es del tipo que me gusta.


Me seguiré pasando por aqui :)

Elena dijo...

Te amo