sábado, 23 de diciembre de 2017

[La Guerra] 06-08-2013



Para: Quino
Fecha: 06-08-2017

Hola, Quino.

Fui a tu casa y tu madre me dijo que estabas de viaje (no recordaba que ya me lo habías dicho). Necesito hablar con alguien que no sea yo mismo o me voy a volver loco.

Hace un par de días quedé con Patricia. Me dijo que quería verme antes de que me fuera a Madrid. Nos encontramos en la Fnac de plaza España, donde fui a recoger mi portátil, que estaban arreglando. Es curioso cómo a veces perdemos casi por completo el recuerdo de una experiencia muy intensa y vívida. Solamente ciertos destellos fugaces se meten en nuestra cabeza y son los que aparecen cuando intentamos revivir ese momento. Estas son las imágenes que ahora componen aquella escena.

Apareció mientras estaba esperando en la cola a que me atendieran. Estaba preciosa. Llevaba una camiseta verde que le había visto muchas veces. Su pelo ha cambiado de tono desde que la viste por última vez. Ahora es de un color rojo violín (eso ponía la caja de tinte que compró conmigo hace unas semanas). Mi corazón latía con fuerza. Nos dimos dos besos de cortesía.

No recuerdo apenas nada de la conversación. Al principio tratamos temas banales sobre mi marcha a la capital y su último curso de la carrera. No sé exactamente cuánto tiempo pasó hasta que me dijo que había empezado a salir con Rodrigo, un amigo común. Intenté, creo que sin éxito, que mi cara no reflejara la punzada en el estómago que me provocó la noticia. Me contó por encima cómo había surgido aquello, imagino que tratando de quitarse de encima lo antes posible el peso de tener que darme la noticia.

Cómo cambiamos de tema lo desconozco. Lo último que soy capaz de traer a mi memoria es que me enseñó su nueva bolsa para el ordenador portátil. Señaló el cerdito que traía dibujada, con esa sonrisa que una vez sentí como mía. Poco después nos despedimos.

Ahora se me mezclan muchas cosas. Me encuentro mejor que antes de terminar la relación, pero que ella haya sido capaz de reiniciar su vida amorosa tan pronto hace que inevitablemente me sienta dolido. ¿Tan fácil soy de olvidar? ¿Tan poco impacto causé? ¿Dónde quedo yo ahora?

En fin, espero no haberte amargado el viaje. Pásalo bien.

Un abrazo,
Lucas

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