martes, 22 de abril de 2008

Lucha virtual

Por fin había llegado el día. El viento traía consigo aires de cambio. El cambio de base. Abajo lo antiguo. Fuera lo inútil. Muerte al opresor. Destrucción para construir. Odio para amar. Estabas convencido de que hoy lo conseguirías. La gente se había hartado de todo lo que le rodeaba. La confrontación era inevitable. Lo nuevo contra lo viejo. Los rebeldes contra las fuerzas del orden.

No dudas. La seguridad se refleja en tus ojos mientras avanzas por la calle. Un enorme cordón policial se encuentra frente a ti. Tus compañeros y tú proferís insultos, mientras los policías comienzan a acercarse. Tumbáis contenedores y les prendéis fuego, mientras otros comienzan a lanzar piedras y cócteles molotov contra los antidisturbios.

Encuentras una pistola en el suelo, y la coges, sin vacilar. Apuntas contra las filas enemigas, que se acercan hacia a ti. Derecha, izquierda, centro, derecha, otra vez derecha... Uno tras otro van cayendo. Por fin, se rinden y retroceden. La calle es vuestra.

Corréis hasta donde unos instantes antes se encontraban vuestros adversario. Una bala entonces impacta contra tu hombro. Sientes como tus fuerzas disminuyen notablemente. No tienes mucho tiempo.

En el suelo encuentras, probablemente olvidado por los policías, un enorme lanzagranadas. Entonces, observas la fachada del ayuntamiento. Una enorme flecha roja, situada encima, la señala inconfundiblemente. Te arrodillas en el suelo, acomodando el arma en tu hombro, consciente de la importancia de este momento. Y disparas.

El proyectil sale, y contienes la respiración. Tras unos segundos, el edificio estalla. Ha triunfado la revolución, profesa un cartelito que aparece en tu pantalla, parpadeando.

Por fin conseguiste pasarte el juego de mayor éxito en el mercado : "Revolución : la lucha anti-sistema". Conseguiste adquirir la edición de lujo, y había valido la pena. Te sentías importante y concienciado. Habías logrado algo importante.

Fuera, tras tu ventana, si te hubieras fijado, habrías visto como el mundo estallaba en llamas.

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