domingo, 30 de marzo de 2008

Odio

Un minuto más ha pasado. O lo que es lo mismo, has perdido otro minuto más. Desidia. Aburrimiento. Olvido. Sufrimiento. Sensaciones que se hacen patentes cada vez con más fuerza. Te odias. Odias al mundo. Odias lo estructurado. Odias lo que está por estructurar. Odias lo desestructurado. Odias la tecnología y la naturaleza. Odias la música, odias el silencio. Odias a las personas amadas, odias a las personas odiadas. Odias a los trabajadores y a los parados. Te odias a tí mismo otra vez por el simple hecho de que eres lo que está más cerca de tí. Odias la razón que te retiene encerrado en cuatro paredes. Ya tengas un ordenador o no lo tengas. Tengas sillón o no lo tengas. Haya barrotes en tu ventana o no los haya. Sientes que te asfixias por culpa de tu confinamiento. Piensas mil y una formas de acabar con esto. Y vuelves a odiar. Odias la risa y el llanto. Odias lo cómico y lo trágico. La noche y el día, el blanco y el negro, la vida y la muerte. Odias todo. La mente, el cuerpo, el tiempo, el espacio, la rapidez, la lentitud. Odias todo. Y te das cuenta de que has perdido otro minuto de tu vida. Un minuto de tu vida empleado sólo en odiar. Por que te odias. Y Odias al mundo y...

1 comentario:

Flako dijo...

El odio es la base de todo:

Odio para olvidar
Olvido para perdonar
Perdono para amar
Amo para odiar...

Una y otra vez hasta que te encuentras muerto y solo.

Triste realidad pero nacemos solos, crecemos solos y moriremos solos, nadie te acompaña en la muerte y quedas en el olvido... Eso es todo.