sábado, 19 de abril de 2008

Dolencias

-Adelante- dijo el doctor, mientras se subía la bragueta.

-Buenos días tenga usted- el paciente entró temeroso. Tenía una cara que más se acercaba al gris que al tono que correspondería. Sus ojeras se aproximaba al negro, y sus ojos hundidos denotaban cansancio y asco. El doctor señaló un asiento, al que se acomodó inmediatamente. Comenzó a toser compulsivamente al hacerlo.

-Jesús – contestó educadamente el médico.

-Gracias.

-Bueno, usted dirá.

-Verá, mi dolencia es un tanto extraña. Me agobio con cualquier cosa, y ya desde por la mañana. El despertador para mí es una máquina de agonía, que me arranca de los dulces brazos de Morfeo y me devuelve a mi mortal vida. Me visto rápido, y angustiado por el tiempo. En ocasiones he llegado a salir sin pantalones de casa. Desayuno de pie, bebiéndome de un trago un vaso de leche fría, y luego, con la leche en la boca, introduzco como puedo un puñado de café en polvo, y mientras mezclo todo en la boca, salgo disparado hacia la parada de autobús, el cual siempre pierdo, para luego, tras haber esperado, coger el siguiente, que siempre viene lleno. En la calle me deprimo, pues siempre veo a gente corriendo y estresada, y los humos de todo lo que me rodea, toda la mugre y la cochambre me ahogan. Cuando consigo coger el autobús, suelo sufrir un par de mareos debido a la falta de oxígeno producido por la densidad de piernas, brazos y sobacos que se encuentran en el interior. Al bajar, me dirijo hacia mi rutinaria ocupación, donde el que manda me abronca por haber llegado tarde una mañana más. Tras volver, permanezco unos ocho horas en mi puesto, para luego salir tarde y llegar a casa para caer rendido en la cama habiendo cenado de forma muy frugal. Y todos mis días transcurren así. ¿Qué es lo que me pasa, doctor?

-Desde mi punto de vista, tiene usted una alergia severa.

-¿A qué? ¿Polen? ¿Polvo? ¿Gatos? ¿Perros?

-No. A la ciudad y a su forma de vida -el médico sacó un recetario, donde comenzó a garabatear.

-¿Cuál es la cura?

-Suicídese.

1 comentario:

Pablers dijo...

Duro, como debe ser